Pena de muerte? En primera instancia al escuchar esta frase, mi reacción fue de total rechazo con un rotundo NOOO!!!. Quien puede pensar en tan descabellada idea? Me pregunte.
Hemos llegado tan lejos que la estamos considerando como la única forma de orillar a la gente a no atentar contra la integridad de nuestro prójimo, que triste cierto!!
El pasado 2 de diciembre se aprobó el dictamen para promover ante el congreso de la unión una reforma institucional que aplique pena capital a secuestradores homicidas. El priista Humberto Moreira Valdez impulso la iniciativa en el Congreso de su entidad con el respaldo de los legisladores coahuilenses del partido Revolucionario Institucional.
El jueves pasado, una comisión de cinco legisladores, encabezada por el priísta y líder de ese Congreso local Horacio del Bosque Dávila, entregaron la iniciativa de reforma a los artículos 14 y 22 de la Constitución federal al presidente de la Cámara de Diputados, Horacio Duarte.
Este tema ha generado una gran polémica en todo el país. Y con toda razón, quien querría decidir sobre la vida de alguien?
Una gran paradoja debido a que después de sentarme a discutir mi posición firme con mi esposo y de escuchar su punto de vista y el de reconocidos periodistas, me puse a reflexionar acerca del tema.
En primera instancia como les dije anteriormente estaba en total oposición pensé en posibles soluciones y como muchas personas trate de buscar otra opción como la cadena perpetua, pensé que era la opción más viable debido a que así estarían encerrados durante el resto de su vida pagando la pena por privar de la libertad a alguien; pero quien costearía los gastos de cada uno de estos secuestradores (comida, vestido y techo? Me pregunto mi esposo? “Obviamente que nosotros con nuestros impuestos”. “Yo no estoy dispuesto a mantener a un asesino”; me dijo firmemente. Lo mire con cara de ay! Por favor! Ni que vivieran en un hotel… Pero luego después de una gran polémica reflexione; este tipo de personas son individuos sin escrúpulos que si son capaces de secuestrar a alguien y privar ya no hablemos de la libertad sino peor aun de la vida. Comer, dormir y vestirse en una cárcel, sin hablar de las horas de ocio sería un gran premio. Estas personas no tienen la misma moral que usted o yo tenemos, estas personas tienen una moral diferente y sin son capaces de planear el secuestro y en el 90% de los casos la muerte de alguien que podemos esperar de ellas? Es por ello que descarte completamente esta opción. Me rehúso a mantener a este tipo de personas.
Luego me puse en el lugar de tantas personas que han pasado por esta situación como es el caso del señor Nelson Vargas a quien secuestraron a su hija y después de más de un año de búsqueda y dolor no solo para él sino para toda su familia, encontraron los restos de su hija.
Hoy al escuchar en las noticias que los restos encontrados en Tlalpan eran los de su hija Silvia Vargas Escalera, me llene de tanta angustia de ponerme en la situación de este Señor, de su esposa, y de toda su familia; a quienes admiro por su gran valentía y entereza.( Aprovecho para dar mi más sentido pésame.
No podría soportar que alguno de mis hijos estuvieran en el lugar de estas desafortunadas personas que cayeron en las manos de otras personas sin escrúpulos a quienes un día se les ocurrió lucrarse con la libertad y la vida de alguien.
Yo soy una persona que cree mucho en Dios, todos los días rezo por mi familia y por las personas que quiero. Y es por ello que también pensé; si creo en Dios. Porque estoy pensando en estar a favor de quitarle la vida a alguien si el único que tiene derecho es Dios?
Pero luego llego a mi cabeza otra pregunta. Y porque estas personas dejan a un lado a Dios y se toman el derecho de arrebatar la libertad y la vida a alguien? Porque no respetan los Derechos Humanos ni los Mandamientos de Dios?
No se trata de la ley del ojo por ojo. Simplemente es una paradoja tan grande que nos lleva a la idea de que la humanidad ha llegado tan lejos como lo dije al principio de mi artículo, que no cabe duda que la única forma de al menos hacer pensar un poco más a estas personas en no cometer este delito, ya no por la moral del respeto al prójimo sino por las consecuencias que le pueden traer a con ellos mismos es la aprobación de la pena de muerte.
Por: Milena Rdz de León
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